Arauca

Con emotiva ceremonia y nutrida asistencia, Arauca tributó adiós al ex alcalde Marcos Ataya. La Iglesia también condenó el crimen del dirigente.

• 2004-01-23 00:00:00
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Con unas celebres palabras de su hermano Luis Eduardo Ataya, fue despedido ayer tarde en el cementerio local el ex alcalde de Arauca, Marcos Antonio Ataya Arias, asesinado por sujetos armados en su finca La Rodriguera, ubicada a ocho kilómetros de la capital del departamento. El sepelio estuvo precedido por una emotiva ceremonia religiosa que presidió en la catedral Santa Bárbara el obispo de la Diócesis de Arauca, monseñor Germán Meza Ruiz, quien condenó el crimen y formuló un vehemente llamado a quienes lo cometieron para que cesen las acciones violentas. Durante la homilía también intervinieron el gobernador Julio Acosta Bernal, y el profesor Anibal Soriano, profesor de Ataya Arias y años después secretario de Educación en la administración del inmolado dirigente. El último en pronunciar unas cortas palabras fue Marcos Antonio Ataya Saray, joven profesional, hijo del ex tinto alcalde, quien con la voz entrecortada agradeció las mociones de solidaridad recibidas. Como lo reseñó Llano-Visión, con Ataya Arias ya son dos los ex alcaldes de Arauca capital asesinados en menos de diez años y en condiciones similares, pues en 1997 fue ultimado, José Gregorio González Cisneros. Y por coincidencia, las viudas Iliana Baroni y Sirenia Saray quedaron con dos hijos cada una, un hombre y una mujer. El Gobierno departamental reiteró el ofrecimiento de 50 millones de pesos, como recompensa a quien entregue información a las autoridades, sobre los sicarios que dieron muerte a Ataya Arias. Ayer en su intervención, el mandatario seccional, Julio Acosta Bernal, formuló un llamado a las gentes de la región para que contribuyan a esclarecer el crimen y denuncien oportunamente cualquier hecho sospechoso que atente contra la tranquilidad de los araucanos. El cuerpo de Ataya, fue sepultado ayer hacia las 5 de la tarde, en el cementerio local, mientras continúa vigente el decreto de honores promulgado por el acalde Hernando Posso Parales, para despedir al dirigente con dos días de duelo, por tratarse de un insigne hijo de Arauca.

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