Tomado del libro:
De la tradición y el mito a la literatura llanera. Tercera edición: corregida y ampliada
Autor: Temis Perea Pedroza
Es un mito típicamente colombiano. No se identifica plenamente como patrimonio de la cultura popular de nuestra región de sabana. Sin embargo, algunos ancianos cuentan haber escuchado a sus progenitores la historia de una anatomía unípede (dos muslos unidos por una sola pierna), que, errante, aparece en las partes más boscosas de las sabanas solitarias y pierde a los distraídos caminantes. Por sus características ha sido nombrada como la Pata Sola.
Quienes la han visto dicen que aparece especialmente en las noches oscuras y se mueve con gran rapidez, intimidando con sus ensordecedores gritos a los caminantes de las selvas solitarias. La pata sola pierde o persigue principalmente a quienes destruyen los bosques
“La pata sola nació en la mitología popular cuando se iniciaron los trabajos de descuajamiento de las selvas tropicales, empresa heroica en la que el derribar los árboles constituyó una verdadera lucha entre el hombre y la selva; “vencer la naturaleza para civilizar el territorio y mejorar la calidad de vida” aspecto muy definidor de nuestra cultura depredadora. La selva aquí se personifica en un genio tutelar de sus dominios y es la enemiga del hombre en forma de endriago de cabellera enmarañada (ramajes) y de una pata sola (tronco) que le da su nombre “pata sola”.
Es, pues, la pata sola un mito que se identifica más con el hombre que habita las zonas selváticas que con el habitante de sabanas.