Tomado del libro:
De la tradición y el mito a la literatura llanera. Tercera edición: corregida y ampliada
Autor: Temis Perea Pedroza.
El profesor Arley Cristiano, realizó con sus estudiantes de la Unidad Educativa Santa Teresita el rescate de algunas leyendas del río. Muestra representativa son las dos historias que a continuación se relatan.
Cuenta uno de nuestros viejos de Arauca, que acostumbraba ir a pescar casi todos los días, porque sentía una gran paz junto a la corriente del río Arauca, que una de esas noches claras de luna, propias de diciembre, llegó hasta el sitio conocido como las playas de Matecandela y preparó anzuelos y carnada para comenzar uno de sus pasatiempos favoritos.
Lanzó su anzuelo a la mitad del río y observó que al frente, en la otra orilla, el río se hallaba bastante reducido en su corriente por el intenso verano y vio a una mujer negra y alta, a la cual el cabello le caía por la cara ocultando su rostro.
La mujer comenzó a avanzar caminando sobre el caudal del río, sin hundirse, y el pescador pudo ver cómo paso a paso se dirigía hacia donde él se encontraba. Aterrorizado por el tamaño de la mujer, veía con asombro que ésta crecía cada vez más y era sorprendente ver la capacidad que tenía de caminar sobre el agua. El pescador comenzó a correr, enredándose en el nylon de su anzuelo.
No sabe aún como se desenredó y lleno de pavor recorrió la distancia que lo separaba de su casa, a la cual llegó pálido y sudoroso, sin pescados y comentando que jamás volvería a pescar solo, menos de noche en el río Arauca.