Arauca

Se restableció servicio de energía. Las pérdidas que dejan las nueve acciones terroristas superan los ocho mil millones de pesos.

• 2005-06-07 21:58:30
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Tras un nuevo apagón de dos días y medio se restableció el servicio de energía en la capital araucana y los municipios de Arauquita y Cravo Norte, al igual que el complejo petrolero de Caño Limón y la zona de La Esmeralda. De acuerdo con la información suministrada por el comando de la Décima Octava Brigada del Ejército, a las 09:40 horas de este martes fue reestablecido el servicio de energía que habían visto interrumpido como consecuencia de un atentado terrorista en la madrugada del pasado domingo contra  la estructura 481.
Agrega el reporte que “la prontitud en los trabajos de seguridad por parte del Ejército y la reparación técnica a cargo del personal de Interconexión S.A. (Isa),  permitió  que los habitantes de los municipios afectados no sigan siendo afectados por el accionar de las Fuerza Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc)”.
Con este se elevó a nueve el número de ataques de la insurgencia contra la infraestructura eléctrica, presentándose daños en 13 torres conductoras tanto de alta como de baja tensión en todo el departamento, durante los primeros cinco meses del 2005.
Según estadísticas de la empresa de energía de Arauca (Enelar), con la nueva acción terrorista se elevó a 16 el número de días que han estado a oscuras estos tres municipios, en lo que va corrido del presente año.
La Cámara de Comercio de Arauca y la Asociación de Comerciantes, coincidieron en señalar que las pérdidas durante este lapso superan los cinco mil millones de pesos, toda vez que diariamente se dejan de percibir alrededor de 300 millones de pesos.
Aunque el movimiento comercial es mayor, el impacto no ha sido tan grave en las localidades de Saravena Tame, Fortúl y Puerto Rondón, toda vez que las interrupciones del servicio a causa de los ataques de la guerrilla han sido menos prolongadas.
Los sectores más afectados por los apagones son los cárnicos y lácteos, toda vez que muchos establecimientos comerciales y pequeños abastos debieron cerrar sus puertas por las pérdidas que les representa cada suspensión del servicio. También se disminuyo la comercialización de verduras y productos perecederos que antes abundaban en las plazas de mercado y demás expendios.

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