Arauca

Secuestran a esposa e hijo del reconocido abogado Uriel Niño. Hombres armados irrumpieron en la finca La Tutela de su propiedad y se los llevaron.

• 2006-11-07 21:56:59
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Arauca. Ana López Laya de 51 años, esposa del desaparecido abogado Uriel Niño y su hijo Julio César Niño López de 20, fueron secuestrados el pasado tres de noviembre en la finca La Tutela, ubicada en la vereda Clarinetero de la capital araucana.

Vecinos del sector, aseguraron al periodismo de RCN, que minutos previos al hecho, estuvieron merodeando por el sector varias motos y que posteriormente hombres fuertemente armados llegaron hasta la finca.

"Allí los esperaron y cuando llegaron, procedieron a bajarlos de la camioneta, los encañonaron y tiraron al piso. Luego se los llevaron al parecer para territorio venezolano", dijo un testigo del cual se omite su nombre por razones de seguridad.

Las personas que cuidaban la casa, fueron encerradas a la fuerza por los hombres armados en una habitación y amenazadas por los insurgentes. "No pueden salir, sino hasta el otro día, porque de lo contrario no respondemos", comentó la fuente.

Al otro día las personas dieron aviso a las autoridades de lo que había sucedido, con la esperanza de obtener alguna respuesta, sobre el destino de sus jefes. "Estamos haciendo las indagaciones del caso", aseguró el Coronel, José Rodrigo Palacio Cano, Comandante del departamento de Policía Arauca.

Por su parte, el joven secuestrado, el tercero de cinco hermanos, se estaba recuperando de una lesión de rodilla, que lo obliga a utilizar muletas, para su movilización. "Está enfermo y tiene que tomar una medina especial, para aliviar el dolor", afirmó uno de sus familiares.

Contaron además, que los captores no se han comunicado para exigir alguna suma de dinero, ni tampoco para informar sobre el estado de salud del joven. "No sabemos nada y ojala todo se solucione", agregó la familiar.

La señora de López actualmente se dedicaba a estar pendiente de sus tres fincas, que se encuentran en la zona rural de la capital araucana y generalmente hacía los recorridos los fines de semana. Sobre ella no pesaba, según los allegados, amenaza alguna.

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