Arauca

Arauca despidió a destacado profesor, asesinado en Norte de Santander.

• 2004-04-26 00:00:00
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El ‘profe’ Maturana se caracterizo por su vocación de servicio a la educación y comunidad en general. Había sido corrido de Arauca por organizaciones al margen de la ley. En medio del estupor y muestras de profundo dolor fue sepultado en la capital araucana el docente Juan José Guevara Maturana, asesinado en la vereda Juan Frío de la localidad nortesantandereana de Villa del Rosario. El profesor Maturana, como cariñosamente lo llamaban en Arauca, había salido de esta región por amenazas contra su vida hace año y medio, radicándose en el municipio de Villa del Rosario (Norte de Santander), donde laboraba como rector del colegio Agropecuario. Había llegado a la capital araucana hace 21 años como agente de la Policía, institución que supo valorar su vocación de servicio y lo nombró en comisión como alfabetizador. Guevara Maturana fue el fundador de la concentración escolar Gustavo Villa Díaz, donde por muchos años sirvió a la docencia y comunidad educativa en general. Desde allí libró muchas batallas en pro del magisterio y de la calidad de la educación en el departamento. También fue el fundador del colegio Agropecuario de El Caracol, institución que prácticamente se acabo tras su salida forzada de Arauca. En ese corregimiento, Guevara Maturana se había ganado el cariño de todos sus habitantes por su loable labor no solo de favor del estudiantado de Colombia y Venezuela que acudían al colegio convertido en internado, sino por sus luchas en favor de la comunidad. Aparte del ejercicio de la docencia, Guevera Maturana, durante la mayor parte del tiempo que vivió en Arauca se caracterizó por sus denuncias contra la corrupción y por su posición de rechazo a los grupos armados ilegales, lo que le había hecho merecedor a varias amenazas, razón por la cual había decidido abandonar la región. Desde 1992 fue un incansable luchador por las causas nobles de la comunidad araucana, especialmente en el campo de la salud, pues fue quien lideró junto con un grupo de profesores y representantes de los barrios, veredas y corregimientos, el famoso proceso de participación comunitaria, que se dio con la descentralización en salud. Hizo parte de la comisión redactora de varios proyectos de acuerdo, entre ellos el que creó las Juntas Administradoras Locales, y por varios años formó parte de la junta directiva del hospital San Vicente, en representación de los Copacos. También incursionó en la política y en 1996 estuvo a punto de llegar a la Asamblea departamental con el movimiento comunal y comunitario. Atendiendo el llamado del Gobierno municipal, hace año y medio intentó reactivar los denominados Comités de Participación Comunitaria, pero debió abandonar la ciudad debido a las amenazas contra su vida.

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