El departamento de Arauca vivió una jornada de terror el 21 de enero de 2025, con tres hechos de violencia que dejaron un saldo trágico de vidas perdidas y una población conmocionada.
El primer suceso ocurrió en el Centro Poblado de El Troncal, en Arauquita, donde Jair Taborda, reconocido instructor musical y director de bandas marciales, fue asesinado a tiros alrededor de las 5:20 p.m. Taborda, oriundo de Arauca y residente en Saravena, era una figura destacada en la promoción cultural de la región. Su asesinato ha generado indignación y dolor en la comunidad educativa y cultural.
Minutos después, en el sector de Puerto Contreras, en el municipio de Saravena, fue encontrado otro cuerpo con signos de haber sido atacado con arma de fuego. La víctima aún no ha sido identificada, pero el hallazgo incrementó la sensación de inseguridad y vulnerabilidad en la zona.
En paralelo, se registró la muerte de Ernesto Delgado, líder indígena del pueblo Betoy, quien fue atropellado por un vehículo que se dio a la fuga en la vía Tame-Arauca. Delgado era un lider de las comunidades indígenas de la región, y su fallecimiento ha provocado consternación.
A estos crímenes se suma un bloqueo vial en la vía Tame-Betoyes, presuntamente perpetrado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Según denunció el diputado Andrés Anzola del partido Centro Democrático, este acto de sabotaje afectó una arteria crucial para la comunicación y el comercio en el departamento, causando caos y poniendo en peligro a los ciudadanos.
El diputado Anzola se pronunció con firmeza, señalando la necesidad de una respuesta inmediata del Gobierno Nacional y Departamental ante la creciente inseguridad. “La situación en nuestro departamento es insostenible… Exijo con vehemencia que el Estado actúe con toda su fuerza para poner fin a este flagelo que nos azota”, manifestó en sus redes sociales.
La violencia que golpea a Arauca no solo cobra vidas humanas, sino que también desgarra el tejido social, afectando profundamente a comunidades que demandan paz y estabilidad. Las autoridades locales y nacionales enfrentan el reto de garantizar la seguridad en un territorio donde los grupos armados ilegales continúan operando con impunidad.