POR PHILLIP MORENO
A la espera que sean liberados los nueve soldados retenidos el pasado domingo en territorio venzolano, se encuentran la Cancillería y las autoridades de Colombia.
Según
una fuente colombiana, llevan dos meses en servicio y disfrutaban su
primer permiso– manifestaron que transitaban por carreteras de ese país
para evitar caer en alguno de los retenes que la guerrilla suele
instalar en Arauca, a donde se dirigían para presentarse en su base, en
la Brigada 18.
Explicaron que los soldados estaban visitando a
sus familias en Santander y Norte de Santander y de regreso salieron
desde Cúcuta para empalmar con el corredor vial que va de San Antonio a
San Cristóbal, para regresar a Arauca. Pese a no tener el visado (que
se exige desde enero), un taxista se ofreció a llevarlos y en el camino
una patrulla venezolana los detuvo.
La retención se produjo a 70
kilómetros de la línea fronteriza. “Venían de civil y aparte de su
cédula, portaban un permiso del Ejército colombiano”, dijo un oficial
que pidió reserva. Los jóvenes permanecían en la base en el fuerte
Sorocaima del Teatro de Operaciones No. 1, en Guasdualito.
El
general Gustavo Matamoros, comandante de la unidad a la que están
adscritos los detenidos, se abstuvo de entregar mayores detalles y tras
confirmar los hechos, dijo que el caso se está manejando a través de
canales diplomáticos.
Por su parte, el personero de Arauca,
Álvaro Merchán, abogó para que a los militares colombianos se les
permita viajar sin visa, pues se ven expuestos a constante riesgo en
esa zona. Hace veinte días, un soldado que viajaba en bus por la vía
Arauca-Bogotá fue bajado, al parecer por miembros de las Farc.