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  • Última actualización 2024-04-24 11:17:46

Hitnu tragados por la ola blanca

Las primeras crónicas de América eran cartas dedicadas al rey de España para darle relación detallada de sus nuevos súbditos: Una gente descalza y tostada por el sol, dueños de una mirada de la cual emanaba una honda tristeza y una especie de fascinación, "que se contentaban con muy poco, y tan poco era, que apenas tenían con que vestirse y qué comer (paupérrima la comida, lo mismo que el vestido), cualidades que les permitiría ganarse el cielo fácilmente, porque no se desvelaban en adquirir ni guardar riquezas, ni se mataban por alcanzar estados, ni dignidades sino que sólo sabían servir y trabajar".

Quinientos diecinueve años después de la llegada de Colón a tierra americana, todavía existen tribus abandonadas a su propia naturaleza, de aspecto viril los hombres y muy femeninas las mujeres; tribus tan primitivas como las que halló el almirante. Para alegría de todos, en el departamento de Arauca existe una de esas tribus, repartida en seis caseríos: la tribu de los Hitnus.

Quinientos y pico de años después, los blancos continúan eligiendo sus amos y sometiendo a sus siervos (aunque ya no castiguen a los naturales por haber nacido indios), y como las iguanas en las copas de los árboles, todavía quedan cronistas de indias, que así no escriban para Su Majestad El Rey, y sean tan invisibles como las estrellas durante el día, existe el sueño de hacer llegar esta relación como un saludo a esos indios de sabana que viven en los barrancos del río Lipa. Dedico pues, ésta crónica de manera especial a la tribu de los Hitnus, como una deuda con ellos, con el llano y con usted, amable lector.

La reserva Hitnu, será el cielo en la tierra

Bilingues

Allá los vi...., en el aula de la universidad. Era una especie de impulso que los empujaba hacia ella y hacia su aire acondicionado...! Casi todos iban descalzos y con una ropa color azul perdido como la desesperanza, pero con una amabilidad capaz de inquietar a quienes los invitaron.

Ya tenían ampollas en las nalgas de tanto sentarse en reuniones, tenían ya, la barriga inflada como una iguana jarta de cogollos de tantas frituras y empanadas y tenían la garganta irritada de tomar coca cola en vasos plásticos. Una vez más los habían sacado de su lugar de trabajo, donde se la pasan pajareando y tumbando pepas, para confrontarlos con la Institución a través de sus representantes, y fascinados por la religión electrónica...., todos querían pasar al micrófono para dar (en Hitnu, obviamente....), una impresión de fatalidad como las da cualquier cantor vallenato.

La mayoría si apenas saben leer y sin embargo los representantes de las instituciones centrales, daban salticos como de gato en las brasas mientras explicaban los efectos del auto 004 y el auto 382/10. Y si el decreto y sus hechos se acomodan a sus palabras, la reserva de los Hitnus será el cielo en la tierra..!

Ellos, a pesar de su primitivismo, manejan el Hitnu y el castellano y los otros, por más de tener su ropa bonita y estar viaticando, nada...! ni una empanada..! Pero citaron a los indios al aula de la universidad, porque saben en lo íntimo de su corazón que no deben arriesgarse pisando el territorio Hitnu y en la inconsciencia, a cambio de darles un refrigerio saludable o ecológico (un vaso de avena, unos bananos o una piña para que la repartan con su familia al finalizar la reunión), les siguen repartiendo coca cola, y por ahí...! por esas cosas pequeñitas, que parecen sin importancia, es que hay que empezar.

Una raza morena

Entre las historias indias sobre la creación del hombre, está la vez que Dios hizo una figura de barro, la metió al horno, pero la dejó mucho tiempo y cuando lo sacó apareció el hombre negro. Tomó otro pedazo de barro, lo metió al horno y al ratico lo sacó, lo miró y dijo: "Me quedó crudo", y ese fue el hombre blanco. La última figura de barro, la metió en el horno y la dejó el tiempo preciso y cuando la sacó, apareció el hombre moreno, y ésta raza Hitnu color a terrón de que les hablo, es una raza morena.

Los dinosaurios

En el mundo antiguo habían unas iguanas gigantes llamadas dinosaurios, todavía quedan unos pocos (el gobernador, el alcalde y los que los antecedieron), que con su imagen grande y su cerebro pequeño, no han sido capaces de resolver el problema de veinte niños indígenas adictos al pegamento, niños que deambulan por las calles de la capital araucana, y mucho menos serán capaces de resolver los problemas de las comunidades.

Así también los representantes del gobierno central que vienen a respaldar el auto 004, tendrán el debido cuidado de que no les crezca el rabo y se conviertan también en dinosaurios, porque en esas actividades hay un paso más allá de la concertación y tendrán que ser los humanistas conscientes de que hasta el rey está sujeto a la tierra, conscientes también de la extinción de esas tribus; humanistas que con su buen ejemplo logren el guiño de los que patrullan ese territorio, para que les permita hacer su trabajo de aproximación y nos digan cuales serían las posibles soluciones. Porque está comprobado que no es solo con objetos materiales y escuelas que se soluciona el problema de este pueblo tan disímil.

El mato en la cueva, y el indio en el guayuco

(Sobre los Hitnus y su mal proceso de desarrollo)
Viviana Jaramillo Orozco

Como si el tiempo y la experiencia no fueran esas jaladas de oreja que nos mostraron que el que vive en la ciudad y habla español, no siempre es el más desarrollado, hoy día en Arauca, se cree que el pueblo Hitnu, es un pueblo poco desarrollado y que es necesario apoyarlo para que entre en el proceso de superación como pueblo. Para eso ellos, los políticos indígenas y no indígenas, están preparando la construcción de un Centro Educativo y están cotizando en su lista de materiales: mil tejas de zinc, plantas de electricidad, baterías sanitarias etc., que ya todos conocemos bien, cuáles han sido los emblemas de progreso para las comunidades indígenas.

La situación de los Hitnus a nivel departamental y nacional es muy especial por ser los primeros pedalazos que están dando en la bicicleta de la politiquería y en ese mal llamado progreso, que nos permite, antes de empezar a meter la pata, hacernos una serie de preguntas: Para que ha servido en Matecandela el CEIN..? Es realmente garantía de mejoramiento de condiciones de vida las tejas de zinc..? Que ha pasado con las tejas de zinc en las comunidades sicuanis? Para que necesitan estudiar los jóvenes Hitnus?

Antes que nada, hay que dejar claro que hacer el bachillerato no es garantía de nada y muchas veces los que terminan el bachillerato se convierten en corruptos profesionales que se olvidan de las personas que siguen en los morichales viviendo la vida indígena que mantiene el sueldo de sus líderes urbanos. Si el mundo fuera de uno, yo, llevaría docentes que les enseñaran a leer, a escribir, a sumar y a pensar de manera crítica sobre el desarrollo, no le encuentro ninguna utilidad, para el caso Hitnu, a un diploma de bachiller y mucho menos a las clases de química, o de ciencias sociales, por lo general mal informadas.

Si algún proceso educativo se puede organizar en estas comunidades, lo menos importantes serían las paredes de cemento y las techumbres de hojalata, que siempre están ahí, tirándose el paisaje y solo sirven como trampolines para la corrupción. Si hay algo que hacer en estas comunidades es empezar a preguntarse sobre los temas de interés comunitario y de interés personal en el que la gente piense primero para qué mete a estudiar a sus hijos, antes que ponerse a pensar en construir escuelas y buscar maestros. Hay que superar la idea de que la escuela lo es todo. Se van poner la soga al cuello? Se va a cagar el mato en la cueva y el indio en el guayuco..? Mucho más cuando han visto el resultado que eso les dio a sus hermanos los sicuanis?

Invito a los Hitnus y a los funcionarios y políticos, indígenas y no indígenas, a que tomen el caso Hitnu, como la oportunidad de hacer bien las cosas en la relación: Indígenas-Mundoblanco, para que en un intento de actuar diferente con el pueblo Hitnu, se saque un poco la cara por los demás intentos de trabajo con indígenas que se han hecho en Arauca. Que sólo muestran que son un montón de eventos y decisiones desafortunadas.

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