La Defensoría del Pueblo ha publicado este viernes 17 de enero cifras que evidencian la persistente y preocupante situación de violencia que enfrentan los líderes sociales y defensores de derechos humanos en Colombia. Entre 2016 y 2024, se registraron 1.477 homicidios a nivel nacional, siendo 2022 el año más letal con 215 casos. Sin embargo, un análisis más profundo revela una crisis particular en el departamento de Arauca, donde la violencia se ensaña con una intensidad desproporcionada.
A nivel nacional, el 78% de estos crímenes se concentran en cinco sectores sociales: líderes comunales, indígenas, comunitarios, campesinos y afrodescendientes, lo que denota una sistematicidad en la persecución contra quienes defienden los derechos de las comunidades más vulnerables. Aunque las cifras muestran una leve disminución en los homicidios entre 2022 (215), 2023 (191) y 2024 (173), la situación en Arauca contradice esta tendencia.
Si bien departamentos como Cauca (31) y Antioquia (25) registran un mayor número absoluto de asesinatos en 2024, la situación en Arauca (19) adquiere una dimensión alarmante al considerar su tamaño poblacional. Con apenas 7 municipios y alrededor de 308 mil habitantes, Arauca presenta una tasa de homicidios de líderes sociales significativamente superior a la de otros departamentos con mayor población y extensión territorial.
Esta desproporción revela que la violencia en Arauca no es simplemente un reflejo de la problemática nacional, sino que responde a dinámicas locales específicas que exacerban el riesgo para los líderes sociales. La presencia de grupos armados, las economías ilegales y la débil presencia del Estado en la región son factores que contribuyen a este contexto de extrema vulnerabilidad.
La comparación con otros departamentos ilustra la gravedad de la situación: mientras Antioquia, con casi 7 millones de habitantes y 125 municipios, registra 25 asesinatos en 2024, y Cauca, con 1.4 millones de habitantes y 42 municipios, reporta 31, Arauca, con una población mucho menor, suma 19 homicidios. Esta diferencia proporcional evidencia una crisis particular en Arauca que exige una atención urgente y focalizada.
La situación en Arauca demanda una respuesta integral e inmediata por parte del Estado. Es fundamental fortalecer la presencia institucional en la región, garantizar la seguridad de los líderes sociales y defensores de derechos humanos, e investigar a fondo las causas de esta violencia desproporcionada.