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  • Última actualización 2024-04-27 10:28:42
Prometedora estudiante de medicina de Arauca, pierde la vida en un fatídico accidente en Bucaramanga
Arauca

Prometedora estudiante de medicina de Arauca, pierde la vida en un fatídico accidente en Bucaramanga

En una mañana teñida de pesar y desolación, la comunidad de la Universidad de Santander, UDES, se enfrenta a la devastadora noticia del trágico fallecimiento de María Juliana Murzi Pabón, una joven estudiante de Medicina cuyos sueños y aspiraciones se vieron truncados en un fatídico accidente en las calles de Bucaramanga.

María Juliana, de tan solo 24 años, había encarnado la esperanza y el esfuerzo incansable de una brillante carrera en la medicina. Con metas claras y una determinación inquebrantable, la joven oriunda de Arauca se había aventurado en la búsqueda de sus sueños en la ciudad, lejos de su familia. Sin embargo, sus anhelos de convertirse en pediatra y su prometedora carrera llegaron a un abrupto final en la madrugada del lunes.

Las circunstancias de su trágico destino se enredan en una colisión que la llevó a su prematura partida. Se desplazaba en su moto hacia su puesto de trabajo en la clínica Comuneros cuando, según informes preliminares, otro motociclista ignoró un semáforo en rojo, colisionando violentamente contra ella. La escena dejó un sombrío legado de dolor y luto en la avenida González Valencia.

María Juliana no solo era una estudiante destacada, sino también una amiga entrañable para aquellos que compartieron su vida. Su amiga cercana, María Camila Acevedo Jaimes, compartió su congoja mientras recordaba a la joven con emoción. "Era muy alegre, estudiosa, sacaba las mejores notas, una hija muy buena, se preocupaba por su perro, muy buena amiga, era de carácter muy fuerte, siempre lo hacía saber, siempre estaba para uno, tenía metas muy claras en su vida", expresó con voz entrecortada.

Los corazones rotos de amigos y allegados se unirán en un homenaje el 15 de agosto, en una misa conmemorativa a las 6:30 p. m. en la iglesia Cristo Misionero, ubicada en Lagos del Cacique. En medio de este duelo compartido, se escuchan las voces de quienes recuerdan a María Juliana con afecto y gratitud. "Voy a recordar las cosas tan bonitas que siempre que le decía uno, todos los regaños que me dio, los consejos, la berraquera, el impulso que tenía para salir adelante, era soñadora, emprendedora, linda, éramos un grupo de cinco amigas y todos estamos en shock", compartió María Camila.

Las esperanzas y los planes de María Juliana quedaron suspendidos en un trágico instante, a escasos tres meses de su graduación como doctora. Su anhelo de ser pediatra y su ambición por contribuir al bienestar de los más jóvenes quedan como testamento de su pasión por la medicina. "Tenía metas claras, quería ser pediatra, era su sueño más grande. Quería hacer su rural y presentarse a la especialización de pediatría", recordó uno de sus seres queridos.

El recuerdo de María Juliana persistirá en los corazones de todos los que la conocieron, un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la trascendencia de perseguir nuestros sueños. En el 2017, María Juliana llegó a Floridablanca con un perro, una prima y una compañera, listas para enfrentar los retos de la vida universitaria. Desde marzo, había optado por la movilidad en motocicleta para llegar más rápido a su trabajo, un giro que terminaría sellando su destino de manera inesperada.

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