Luego de cuatro días de parálisis, provocada por una orden que impartió la guerrilla, retornó desde ayer la normalidad en la prestación del servicio de transporte en el departamento de Arauca. La región se hallaba incomunicada con el resto del país por vía terrestre desde el pasado domingo, cuando se hizo s"> Luego de cuatro días de parálisis, provocada por una orden que impartió la guerrilla, retornó desde ayer la normalidad en la prestación del servicio de transporte en el departamento de Arauca. La región se hallaba incomunicada con el resto del país por vía terrestre desde el pasado domingo, cuando se hizo s"> Luego de cuatro días de parálisis, provocada por una orden que impartió la guerrilla, retornó desde ayer la normalidad en la prestación del servicio de transporte en el departamento de Arauca. La región se hallaba incomunicada con el resto del país por vía terrestre desde el pasado domingo, cuando se hizo s"> Luego de cuatro días de parálisis, provocada por una orden que impartió la guerrilla, retornó desde ayer la normalidad en la prestación del servicio de transporte en el departamento de Arauca. La región se hallaba incomunicada con el resto del país por vía terrestre desde el pasado domingo, cuando se hizo s" />
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  • Última actualización 2024-05-16 18:05:48

Retornó normalidad a Arauca. Millonarias pérdidas por paro armado

Luego de cuatro días de parálisis, provocada por una orden que impartió la guerrilla, retornó desde ayer la normalidad en la prestación del servicio de transporte en el departamento de Arauca. La región se hallaba incomunicada con el resto del país por vía terrestre desde el pasado domingo, cuando se hizo saber a las empresas que no podían transitar por dicho territorio. Las más afectadas fueron las delegaciones folclóricas que habían viajado a representar al Departamento en los festivales de Villavicencio, Ibagué y Neiva, las cuales debieron esperar hasta el día anterior para poder regresar por la Troncal del Llano, única carretera que se encuentra en buen estado y permite la comunicación de Arauca con el interior del país.

 

 “Nos dijeron que había paro armado y que si pasábamos de La Cabuya (límites de Casanare y Arauca) para allá nos quemaban los buses. Por eso nos tocó esperar hasta que ordenaron reabrir el paso porque en las delegaciones había mucho niño”, dijo el instructor de una de las academias de Arauca que participó en el Joropodromo en Villavicencio.

 

El gobernador Julio Acosta Bernal, negó que las vías del departamento estuvieran bloqueadas por los grupos armados ilegales y afirmó que siempre se garantizó la seguridad. “Se trata de dos o tres guerrilleros que salen a las carreteras de civil e intimidan a los conductores de las empresas de transporte con un supuesto paro armado, amenazándolos con quemar los vehículos si no acatan la orden”.

 

Por su parte el comandante de la Décimo Octava Brigada, con sede en Arauca, general Gustavo Matamoros Camacho, dijo que se reforzó la presencia de tropas en las carreteras, pero las empresas suspendieron el servicio por temor a posteriores represalias del Eln que estaba celebrando sus 41 años de existencia.

 

Con esta parálisis la peor parte la llevaron las empresas que transportan carga y pasajeros hacia el interior del país. “Nos quedamos con una gran cantidad de pasajeros que no tienen cómo viajar en avión y deben hacerlo por tierra. También se retrasó el regreso de centenares de personas que habían viajado a los festivales en Neiva, Ibagué y Villavicencio”, sostuvo el agente de una de las empresa de servicio interdepartamental.

 

A través de la carretera de La Soberanía que permite la comunicación con los santanderes desde Saravena, no hubo prohibición pero se encuentra en mal estado y las empresas no la utilizan. “Los productos que transportamos por esa vía llegan en mal estado y el margen de utilidad es muy escaso”, señaló Carlos Campos, de una empresa de carga.

 

Según los estimativos de las empresas de carga y pasajeros, las perdidas durante esos días de parálisis superan los 500 millones de pesos. “La producción agrícola no se pudo sacar y la que habíamos despachado se perdió, mientras que gran cantidad de mercancía que venía del interior del país se quedó represada elevándose de esta forma los costos”, manifestó Javier Gaviria de la empresa Sugamuxi.
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