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Ojo al llano

Francisco SantosPor: Francisco Santos

Es mucho más que el tradicional llano. Es casi todo el oriente colombiano, donde se están dando los grandes desarrollos agroindustriales y energéticos, el que está sufriendo los mayores problemas de orden público en el país. Como aún esa región que va desde el Putumayo hasta Arauca hace parte de la periferia nacional, por lo menos en el imaginario las élites políticas bogotanas, pues no trasciende en los grandes medios y no tiene por ende la atención debida del Gobierno Nacional.

El gravísimo incidente de la empresa contratista de petróleos en el que murieron cinco civiles es apenas el último de los grandes hechos de violencia de esa región. Los cuatro funcionarios chinos secuestrados, el paro armado en Arauca o los buses quemados en el sur del Meta son otros ejemplos de lo que hoy es un franco y evidente deterioro del orden público en esta región fundamental para el desarrollo y la sanidad fiscal del país.

No es que volvamos a la situación del 2002. Eso es imposible, pues el debilitamiento que sufrieron los grupos terroristas durante la era Uribe fue estructural. Pero como lo dijo él mismo "las culebras siguen vivas". Y se adaptaron y aprovecharon los espacios, los descuidos y los nuevos negocios para financiar sus actividades terroristas.

En Arauca el Eln con el control del negocio del contrabando de la gasolina se he reforzado tremendamente. Resultado: el paro armado en ese departamento. El crecimiento del negocio de la coca, en especial en esa franja de 10 kilómetros en la frontera con el Ecuador, alimenta el terror de las Farc. Resultado: la operación que deja cinco civiles muertos. Las bandas criminales y las Farc con el negocio de la gasolina en Norte de Santander y La Guajira crecen. Resultado: 12 militares muertos abajo de Maicao y Cúcuta y el Catatumbo con graves índices de violencia.

Lo de la coca es grave. El último informe de medición de cultivos del Simci de Naciones Unidas, y que por cierto el Gobierno engavetó, prende serías alarmas.

El Putumayo de nuevo se pierde, la resiembra y los cultivos mayores a 20 hectáreas crecen, las fronteras y las zonas de influencia de las Farc (Guaviare, Putumayo y Nariño) son el nuevo escenario de producción y consolidación del negocio de la coca y la batalla contra esa gasolina del conflicto se pierde en esas zonas.

El presidente Santos plantea la crítica en el tema de seguridad como un daño a la imagen del país. No es así. Si escuchara más, se conectara con las regiones e hiciera más micromanejo del orden público se daría cuenta de lo que verdaderamente sucede en el país y tomaría los correctivos necesarios. Tapar el sol con las manos o con los exitosos golpes que les ha dado a las organizaciones criminales y terroristas, que todos le reconocemos, es equivocarse de manera grave.

Pero dejó un paciente con cáncer en remisión en gran parte del cuerpo. Lo grave del asunto es que donde aún se combatía la enfermedad, esta toma fuerza y ello nos preocupa a todos. De eso se trata este debate.

Hace unos años este gobierno maltrató a una gobernadora por ser crítica en el manejo del orden público. Ahora la culpa es de Uribe y de sus seguidores. ¿No va siendo hora de que el presidente Santos se dé cuenta que el problema está más bien en otro lado y deje de buscar el muerto río arriba?.

Vía: Elcolombiano.com

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