El fútbol ya no se limita a los 90 minutos en el campo. En la última década, los clubes más destacados se han transformado en poderosas entidades comerciales, abarcando desde el marketing y la moda hasta la tecnología y las inversiones. Cotizan en bolsa, lanzan colecciones de NFT, colaboran con marcas globales y abren academias en decenas de países.
¿Qué convierte a un club de fútbol en una marca? En primer lugar, el reconocimiento, la audiencia y la conexión emocional con los fans. Pero hoy en día, hay algo aún más importante: la escalabilidad. La misma marca del Manchester City puede venderse como equipación en Tokio, como suscripción en Miami o como inspiración para un club local en Quito. Hoy en día, las marcas se esfuerzan por estar más cerca de los fanáticos en cualquier parte del mundo, desde aplicaciones móviles oficiales hasta jugá desde cualquier lugar con 1xBet mobile Venezuela que aumentan la participación incluso más allá del estadio.
En el caso del Manchester City, el modelo de expansión del equipo se basa en una estructura de múltiples clubes implementada a través del City Football Group. Este sistema les permite:
Según AS, el modelo de desarrollo de clubes implementado por el Manchester City ya ha inspirado a otras organizaciones de fútbol, en particular al parisino PSG, cuyo propietario QSI está construyendo un ecosistema de múltiples clubes similar en diferentes países alrededor del mundo.
Este enfoque permite a los clubes controlar no sólo los flujos deportivos sino también los económicos, aumentando su influencia en nuevos mercados, especialmente en Sudamérica, Asia y Oriente Medio.
Las transferencias juegan un papel clave en la construcción de una marca, pero hoy en día no solo se trata del rendimiento deportivo. El traspaso de Lionel Messi al Inter de Miami es un claro ejemplo de ello. Esta movida convirtió a un club modesto estadounidense en un centro de atención y en un fenómeno de marketing global.
La llegada de Messi se ha convertido en un auténtico trampolín para la transformación del club, no solo en el terreno de juego, sino también más allá de él. El Inter de Miami se ha consolidado como una marca global en cuestión de semanas. El número de seguidores en sus redes sociales se multiplicó por diez, captando la atención de fanáticos de todo el mundo.
En este contexto, el Inter de Miami ha logrado atraer nuevos patrocinadores, incluyendo gigantes globales como Adidas y Apple. Además, su estadio es frecuentemente visitado por turistas que han viajado exclusivamente para ver jugar a Messi. Más allá del impacto comercial, el legendario argentino le dio al equipo su primer trofeo y se convirtió en un imán para otras estrellas, fortaleciendo así la imagen de la liga en el ámbito internacional.
La llegada de Messi también alimentó el interés de los fanáticos por el partido no sólo frente a la pantalla, sino también antes de que comenzara: apostá pre-partido en fútbol online Venezuela ya es parte de la experiencia futbolística de millones de fanáticos. Como resultado, el club comenzó a vender mercancías en todo el mundo, aumentó el costo de las entradas varias veces y las propias transmisiones de la MLS comenzaron a transmitirse en América Latina y Europa. Así que Messi no sólo vino a jugar: abrió el mercado.
Las marcas de fútbol ya no solo compiten entre sí. Ahora compite con gigantes como Netflix, Nike y Apple por la atención, el dinero y la lealtad de los consumidores. La siguiente etapa es la integración tecnológica — aplicaciones móviles, metaversos, plataformas de streaming y contenidos personalizados.
En este punto, no se puede subestimar la influencia del fútbol: los clubes ya no se perciben simplemente como organizaciones deportivas, sino como potentes motores económicos. Su impacto se extiende mucho más allá del campo de juego: abarca el desarrollo urbano, los negocios locales e incluso la construcción de la imagen internacional. Según una fuente del El Mundo, la industria del fútbol ya ejerce una influencia significativa en las economías regionales, a través de inversiones en infraestructura, la promoción de la marca país a través del éxito de los clubes y la atracción de inversiones extranjeras.
Y si antes ser fan significaba llevar una bufanda, hoy implica tener una suscripción, un avatar en FIFA, una ficha rara y una historia en la fan zone. Ese es el poder de una marca moderna — está en todas partes, es adaptable y vive en cada pantalla.