En un emotivo acto que reunió a parlamentarios y figuras del ámbito cultural, el Congreso de la República entregó la Orden de la Democracia Simón Bolívar, en el grado Cruz Oficial, al maestro Hugo Mantilla Trejos, como reconocimiento a una vida dedicada a la cultura llanera.
El homenajeado, nacido en Arauca y con profundas raíces en Casanare, Vichada y el Meta, fue acompañado durante la ceremonia por el senador araucano José Vicente Carreño y los representantes a la Cámara por Arauca, Lina Garrido y Germán Rozo, impulsores de la condecoración. La distinción, gestionada con el respaldo de estos legisladores, rinde tributo a un hombre cuya trayectoria ha marcado un antes y un después en el estudio, difusión y salvaguarda del legado cultural de los Llanos Orientales.
Más que un escritor, Mantilla Trejos es considerado un faro para quienes intentan comprender el alma llanera. Investigador incansable del lenguaje, la música, los mitos, la poesía y las tradiciones del oriente colombiano, su obra se ha convertido en referencia obligada en el universo del folclor y la literatura regional.
Libros como Diccionario llanero, El último tinigua y otros poemas llaneros o Cuentos de camino no solo recogen la voz del sabanero, del coplero y del juglar, sino que la preservan con rigor y belleza. Como folclorista, compositor, gestor cultural y miembro activo de academias como la de Historia del Meta, su influencia ha trascendido generaciones.
“Este es un acto de justicia con una figura indispensable de nuestra identidad cultural”, expresó el senador Carreño durante la ceremonia, en la que se resaltó el papel del maestro como sembrador de historia, inspirador de juventudes y guardián de una memoria que se niega a desaparecer.
El reconocimiento llega en un momento en que el país empieza a mirar con nuevos ojos su diversidad regional, y en el que figuras como Mantilla Trejos cobran especial relevancia como puentes entre la tradición oral y la academia, entre el canto del llano y las letras de la nación.
Desde Villavicencio, donde reside, el maestro agradeció la distinción con la humildad que lo caracteriza, reafirmando su compromiso con las nuevas generaciones de llaneros que, como él, sienten que la cultura es territorio, historia y futuro.
Con esta condecoración, el Congreso no solo celebra a un hombre, sino a todo un pueblo que, a través de sus coplas, poemas e historias, sigue diciendo quiénes somos.