La emergencia por las fuertes lluvias que azota a Casanare sigue dejando estragos en zonas rurales y urbanas del departamento. Hasta la fecha, más de 2.000 familias han resultado afectadas por inundaciones, deslizamientos y el desbordamiento de varios ríos, incluyendo el Meta y el Cravo Sur.
Pese a la magnitud de la situación, la respuesta institucional continúa con fuerza. Con botas puestas, a pie o en canoa, equipos de la Oficina Departamental de Gestión del Riesgo, en cabeza de Guillermo Velandia, avanzan en la entrega de ayuda humanitaria y kits alimentarios, bajo el liderazgo del gobernador César Ortiz Zorro.
Municipios como Pore (217 familias atendidas), Támara (46), Orocué (75), Yopal (50) y Tauramena (80) han recibido atención directa, en jornadas que han permitido llevar esperanza y presencia institucional a los sectores más golpeados por las lluvias.
En el municipio de Orocué, donde el desbordamiento del río Meta afectó severamente a las veredas Caracaro, La Palmita y Nueva Reforma, continúan los esfuerzos coordinados entre la Gobernación, la Alcaldía, Defensa Civil, Bomberos y líderes locales como el diputado Eduardo Antolinez, quien gestionó ayudas adicionales para las familias damnificadas.
“La emergencia no nos detiene. Seguimos en el territorio, con humanidad y compromiso”, expresó uno de los miembros del equipo de respuesta, mientras nuevas comisiones se preparan para llegar a más zonas rurales.
Además del apoyo a las personas, las labores humanitarias también han incluido el rescate de animales domésticos y de corral que se encontraban en situación de riesgo, como ocurrió en Caracaro, donde varios perros y un cerdito fueron salvados por las brigadas.
Las autoridades hacen un llamado a la comunidad a mantener la calma, atender las recomendaciones de seguridad y reportar nuevas afectaciones ante los organismos de socorro. Se prevé que las lluvias continúen en las próximas semanas, por lo que se mantiene la alerta en todo el departamento.