Desde abril de 2024, Puerto Carreño, capital del departamento de Vichada, enfrenta una grave crisis energética debido a la falta de giros del Gobierno Nacional para garantizar el suministro eléctrico. El impacto es devastador: el 90 % de la población permanece sin electricidad, en una región donde las altas temperaturas y las pérdidas económicas agravan el malestar de sus habitantes.
El gobernador Alex Benito advirtió que las deudas acumuladas con proveedores de combustible y operadoras han dejado a la compañía local, Electrovichada, incapaz de operar. Empresas como Terpel y Refoenergy, encargadas del suministro de diésel y energía a base de biomasa, respectivamente, suspendieron sus servicios por una deuda que asciende a 4.600 millones de pesos.
“Es una situación muy difícil y compleja. El desespero de la gente es muy grande”, afirmó Benito, quien señaló que la crisis, lejos de ser un hecho aislado, responde a problemas estructurales en el sistema de subsidios energéticos y a una gestión ineficiente por parte del Gobierno.
Las consecuencias del apagón son palpables. El alcalde de Puerto Carreño, Jaime Rodríguez, describió las altas temperaturas como insoportables, especialmente para los niños y las familias más vulnerables. Además, los comerciantes han reportado pérdidas significativas debido al deterioro de productos básicos por la falta de refrigeración.
“Los comerciantes quieren ser competitivos, pero con esta situación es muy complicado. Para un comerciante es difícil invertir cuando ni siquiera se garantiza lo básico para activar la economía”, lamentó Rodríguez.
Pese a las mesas de trabajo realizadas desde diciembre de 2024 entre el Ministerio de Minas y Energía, la Superintendencia de Servicios Públicos y otras entidades, aún no se ha logrado una solución definitiva. Aunque el ministro de Minas anunció que revisará un giro trimestral previamente aprobado, no se han dado fechas concretas para su ejecución.
Benito destacó que, aunque se han propuesto alternativas como la construcción de una granja solar, estas no han avanzado. “Es una situación que hemos planteado desde el año pasado. Hemos hablado con el Presidente para buscar soluciones estructurales, pero no se ha concretado nada”, señaló.
Ante la falta de acción, la indignación de la población crece. Se prevén protestas en las próximas horas para exigir soluciones inmediatas. Tanto el gobernador como el alcalde han insistido en la necesidad de un sistema energético acorde a las necesidades de esta zona fronteriza en crecimiento.
Mientras tanto, los habitantes de Puerto Carreño siguen soportando las consecuencias de un problema que refleja la fragilidad de la infraestructura energética en regiones apartadas del país.