El Corredor de la Danta, en el departamento de Vichada, ha logrado sumar a cerca de 37 predios a su iniciativa en la protección de la Tapirus terrestris, una especie vulnerable y sombrilla que corre el riesgo de desaparecer por la cacería y la pérdida de su hábitat.
El Proyecto Vida Silvestre, en conjunto con los propietarios de las fincas, ha estado realizando siembras de especies nativas en las cuencas media y baja del río Bita, con el fin de mejorar la conectividad de los bosques y dar más espacio a la danta para moverse, alimentarse y reproducirse. Además, se ha venido haciendo un trabajo educativo que busca incrementar la conciencia de los propietarios sobre las negativas consecuencias de la cacería de la especie.
La importancia de este lugar es tal, que se le ha denominado Corredor de la Danta, pues la protección de esta especie garantiza la supervivencia de otras en su hábitat. Además, la palma de moriche, una especie propia de las sabanas de la Orinoquia, se ha convertido en un recurso clave para la protección del recurso hídrico y para la alimentación de la danta y otros animales que cohabitan con ella.
Las cámaras trampa, un recurso técnico utilizado para establecer qué animales habitan en un lugar, han permitido a los investigadores corroborar la importancia de la cuenca del Bita como hogar de una diversidad de animales. En este caso, se han encontrado 27 especies de mamíferos, entre ellos la danta, los pumas, los marranos silvestres y los osos hormigueros. El Proyecto Vida Silvestre PVS instaló, entre 2015 y 2020, cerca de 86 puntos de fototrampeo en el Corredor de la Danta.
La protección de la danta de tierras bajas y su hábitat, así como la de otras especies que cohabitan con ella, es de suma importancia para garantizar la supervivencia de la biodiversidad de la región.
Con información WCS Colombia.