En un accidente aéreo ocho miembros de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) perdieron la vida este domingo 29 de septiembre, tras la caída del helicóptero en el que se desplazaban durante una misión humanitaria en el departamento del Vichada. La aeronave, un Huey II de matrícula FAC-4441, se precipitó a tierra en la vereda Garabato, en el municipio de Cumaribo, tras perder contacto con su base.
La Fuerza Aérea había reportado la pérdida de comunicación con la tripulación más temprano en la mañana, lo que activó inmediatamente los protocolos de búsqueda y rescate. Según el informe oficial, a las 10:09 a. m., las autoridades lograron localizar los restos del helicóptero mediante sistemas electroópticos, confirmando que no hubo sobrevivientes.
El helicóptero siniestrado tenía como misión evacuar a un paciente en estado crítico desde una zona remota en el resguardo indígena Santa Teresita hacia una instalación médica. Esta operación formaba parte de las labores humanitarias de la Fuerza Aérea en zonas de difícil acceso, especialmente en el oriente del país.
La tripulación estaba conformada por un grupo de militares altamente entrenados, entre los que se encontraban el capitán Julián Perilla Pinto, el subteniente Édgar Durán Villareal, y los técnicos Jhonattan Caro, Liceth Duarte, Karel Rojas, Luis Montoya, Ana María Gutiérrez y María González. Todos ellos perdieron la vida en el accidente.
Aunque las causas del accidente aún no se han determinado con exactitud, las primeras hipótesis sugieren que condiciones climáticas adversas o una falla técnica podrían haber contribuido al siniestro. Un equipo especializado de la FAC ha sido designado para investigar las circunstancias exactas del incidente.
El presidente Gustavo Petro se pronunció públicamente poco después de confirmarse la tragedia, expresando su profundo pesar por la pérdida de los ocho militares. "Un abrazo de solidaridad a sus familias en medio de esta noticia que enluta al país", expresó el mandatario a través de su cuenta en X.
La Fuerza Aérea, por su parte, emitió un comunicado lamentando la pérdida de sus tripulantes y destacando el compromiso de estos héroes en misiones humanitarias que son vitales para la atención en regiones apartadas.
Las labores de rescate continúan en la zona, con equipos especializados que trabajan para recuperar los cuerpos de los fallecidos y reunir más información sobre el accidente. La FAC también ha desplegado equipos móviles de intervención familiar para acompañar a las familias de los tripulantes en este difícil momento, brindándoles apoyo emocional y logístico.
Este trágico accidente aumenta la cifra de militares fallecidos en siniestros aéreos en Colombia durante el último año, generando preocupación sobre la seguridad de las operaciones en regiones con condiciones adversas.
La investigación sobre el accidente avanza, y las autoridades han asegurado que no escatimarán esfuerzos para esclarecer los hechos y evitar tragedias similares en el futuro.