En la Institución Educativa San José de La Pesquera en Arauquita, tres jóvenes estudiantes demostraron que el compromiso social y la ingeniería pueden andar de la mano con la educación ambiental. Fernando Gutierrez Castillejo, Keiner Fuentes y Manuel Vega, guiados por el ingeniero y profesor Freddy Carreño, han construido un puente que no solo ayuda a transitar su sendero agroecoturísco, sino también sirve como un ícono de sostenibilidad y aprendizaje práctico.
La estructura, aún sin nombre, fue construida como parte del servicio social de los estudiantes, y se erige ahora como un puente hacia los árboles frutales y los galpones de la institución. Hecho en su mayoría de guadua, un tipo de bambú de gran resistencia y rápido crecimiento, el puente se complementa con una cubierta de láminas de zinc y un piso de tablas de madera, estas últimas obtenidas de un árbol caído en el recinto.
Keiner Fuentes, uno de los estudiantes, relata el proceso con orgullo: "trabajamos aquí, gracias al profesor Freddy Carreño, que nos dio esta gran idea. Trajimos la guadua de la finca de un compañero, la pasamos a través del río y la trajimos aquí. Todo el trabajo fue mayormente de guadua".
Fernando Gutiérrez Castillejo, otro de los estudiantes, explica la finalidad del puente: "construimos el puente con el fin de cumplir con las horas sociales, para poder ayudar la transición de los estudiantes en el sendero agroturístico".
Freddy Carreño, ingeniero y profesor del área de Biología y Física, describió el puente como un proyecto de aprendizaje práctico. "Les ayudé a hacer los diseños e iniciamos a trabajar en la parte de los cimientos, que fueron hechos en concreto reforzado", dijo. "Los estudiantes aprendieron a cortar acero, a mezclar concretos, a trabajar con la guadua. Aprendieron a utilizar todas las máquinas. Ahora pueden replicar lo que aprendieron en sus casas y fincas".
El puente es solo una parte del sendero agroecológico de la institución, que también incluye árboles frutales, cultivos transitorios, una zona forestal, plantaciones de plátano y cacao, y un estero para avistamiento de aves.
Esta innovadora obra demuestra cómo la educación puede integrar habilidades prácticas, compromiso social y sostenibilidad ambiental, proporcionando a los estudiantes herramientas para enfrentar los retos del futuro de manera consciente y creativa.